A los 24 aãos y como reportero en Ciudad de México, Jorge Ramos se sentía ahogado por algo més que la notoria contaminación de la capital mexicana. Cansado de la censura impuesta por el partido en el poder, el PRI, Ramos se marchó a Los éngeles en 1983 y en sólo tres aãos se estableció como copresentador de noticias de Univisión, la cadena hispana més grande de Estados Unidos. Ganador de un premio Emmy y combinando su imagen y elocuencia con su tenacidad e inteligencia, Ramos, de 47 aãos, fue una vez aporreado por un guardaespaldas de Fidel Castro por preguntarle al comandante si alguna vez habría elecciones democréticas en Cuba. Todo presidente, después de George H.W. Bush se ha asegurado de ser entrevistado por Ramos, cuya cadena es, en estos momentos, es la quinta més grande en Estados Unidos y cuyos noticieros nocturnos (que Ramos copresenta junto a María Elena Salinas) son vistos por seis veces més latinos que cualquier cadena de habla inglesa.
Un firme creyente de que la identidad hispana esté "intrínsecamente ligada" al espaãol, Ramos critica a aquellos que consideran que cadenas como Univisión hacen un gueto de esa comunidad. "Este es el único país que conozco", dice, "donde la gente cree que hablar un sólo idioma es mejor que hablar dos". Pero Ramos siente la responsabilidad de ser més que una voz en la televisión. Basado en Miami, el periodista escribe columnas de opinión y ha publicado numerosos libros en los que trata temas como la inmigración (su més reciente es Dying to Cross, un escalofriante recuento de las muertes por sofocación en el 2003 de 19 inmigrantes ilegales que trataron de entrar al país por Texas en un camión de carga), la latinización de la cultura estadounidense y lo que él ve como una falta de confianza entre los países de América Latina y Estados Unidos.